•Traje: Ermenegildo Zegna.   •Camisa: Salvatore Ferragamo.   •Suéter: John. Leopard.   •Accesorios: Gaby Vilchiz.

¡Auténtica, directa, sencilla y hermosa, ella es Oka Giner!.

Fotos: José Luis Beneyto

Coordinación de moda: Álvaro Montaño    Maquillaje y peiando: Ilce Porras    Asistente de moda: Allie Garrido

Para la edición de la diversidad queríamos a un personaje interesante, que fuera genuino y que rompiera con todos esos estereotipos que la sociedad nos impone. En pleno brain storming, a Lalo, mi amado Director de Arte, se le ocurrió nombrar a Oka y seguidamente nos habló de su papel de lesbiana en la serie de Netflix “Madre Solo Hay Dos”. Me percaté que sólo había visto personas de los colectivos gay o transexuales en los medios de comunicación, hasta de drag queens se habían llenado las páginas de las revistas, pero no veía ni lesbianas, ni heterosexuales. Esto me llevó a pensar que nuestro Issue3 hablaba de diversidad, o sea que todos deberíamos tener cabida. Así que Oka era ideal, aunque es hetero, había abierto su alma a un papel lésbico y evidentemente eso le daba otra perspectiva sobre este tema. 

Hablamos con su agencia de PR con quienes colaboramos a menudo y listo… ya teníamos a nuestro personaje interesante. Acá les dejo la hermosa entrevista.

Eres una actriz muy joven, pero que ha demostrado mucho con su talento. Nos gustó mucho tu personaje en Madre solo hay dos, ¿cómo fue tu experiencia interpretando a una mujer lesbiana?
A mí me tocó desde un lugar muy especial, porque yo soy de una ciudad muy chiquita que se llama Camargo, Chihuahua, donde somos 40 mil habitantes y todo el mundo se conoce, es una cosa muy mágica, la verdad, pero dentro de este lugar fui una niña muy bulleada, demasiado. Desde que tengo uso de razón fui bulleada y no muy querida y en ese proceso de crecimiento me encuentro siendo amiga de “los marginados”. Mi grupo de amigos era particular, éramos los inadaptados, los rechazados, esos niños que no cualquiera aceptaba y dentro de mis amigos, hermanos ahora, que pertenecen a la comunidad, cómo era todo un issue hablar con sus familias y decirles yo soy esto, y ver cómo se enfrentaban a burlas o bullying cada vez que salíamos o pisábamos un lugar. Entonces cuando llega el personaje de Elena, para mí fue muy lindo, porque me doy cuenta de que si yo me acuerdo de los 90, cuando yo veía la televisión, no había representación y creo que para las generaciones futuras va a ser súper importante ver representación, que se toquen esos temas y que se toquen con la naturalidad que deben de tener, porque es natural y ya, y me emocionó mucho, porque creo que es mi manera de ponerle un granito de arena a eso.

¿Qué decían tus amigos?
Gritaban de emoción, gritaban en perras locas, la amaron. Me mandaban fotos en escenas en las que yo estaba besando a Paulina Goto, con mensajes de “es que no lo puedo creer hermana”, “te ves perrísima”, “qué chingón”. Hasta hoy en día siguen siendo mis mayores cómplices, mis mayores fans y yo de ellos. Tenemos una comunidad muy linda, de verdad somos hermanos.

¿Te gustaría volver a interpretar a un personaje como éste o algún otro que sientas que podrían ser personajes marginados?
Totalmente. Yo creo que uno ama este trabajo, ama transformarse y todo, pero más allá de eso, lo que le dejas a alguien por ahí en un pueblo, como Carmargo, Chihuahua, que se siente marginado y de repente ve en la pantalla lo que esa persona es y quiere ser, que vea que sí se puede. Me encantaría siempre darles voz a las minorías. Al momento de ser actor, actriz o lo que sea, pero teniendo una pantalla y un micrófono enfrente, tienes la responsabilidad de hablar por los que no pueden, y de señalar las cosas que hay que señalar.

¿Crees que ese tipo de personajes son más interesantes por lo difícil que puede llegar a ser su vida?
Yo creo que no, porque estaríamos subestimando también a los demás personajes. Yo creo que en cada personaje hay un conflicto y no porque un personaje pertenezca más a la comunidad es más especial. Todos los personajes son especiales, por algo están ahí y hay que representarlos con todo el respeto que se merecen.

A mí me preguntaban mucho que si había sido un reto, pero haciendo particular mención al hecho de que era parte de la comunidad y lo que más querían saber es si había sido un reto besar a una mujer, y no. Es más reto encontrarle el rechazo a Elena, tener que hablar de todo lo que ha tenido que pasar para estar aquí y encima de eso, todavía esta la rechaza y aún así ella siente un amor tan profundo por Mariana que no la suelta, y la admira y accede a ser su mejor amiga. Ese es el gran reto, no el hecho de besar a una mujer.


¿Qué nos puedes decir de Las Juanas?
No mucho en realidad, porque todavía no podemos revelar ni la fecha del estreno, ni el personaje, pero sí se estrena este año. Se conoce que soy una de las cinco Juanas y también se reveló el nombre de las otras cuatro, que son Zuria Vega, Renata Notni, Juanita Arias y Sofía Enberg. Vaya clan, todas son unas guapuras y muy talentosas. A mí me intimidaba mucho cuando me enteré de que iba a hacer este proyecto, obviamente brinqué de emoción, pero yo tenía terror al saber que íbamos cinco mujeres protagonistas. No tenía la fortuna de conocer a mis compañeras y me sorprendió cómo se dieron las cosas, nos queremos tanto, no hubo un solo conflicto entre nosotras, hubo mucha unión también en la vida real y creo que eso se ve en la pantalla.

Además de Las Juanas, ¿qué otros proyectos vienen?
No puedo decir mucho, porque todavía no he firmado el contrato. Arranco un proyecto en Julio, pero va a ser un proyectazo con Netflix. Yo leí el primer episodio y quedé loca, de hecho como no he firmado mi contrato, dejé de leerlo, porque no quiero que vaya a pasar nada y toco madera de que se me caiga el contrato y yo ya estoy enamorada del primer episodio y quiero estar ahí. Me encantó, yo creo que va a ser un hitazo.

¿Cómo es tener una relación con un extranjero? ¿Qué consideras que te ha brindado esa relación?
Yo no quiero generalizar, porque así como hay venezolanos buenos, debe haber malos, pero yo sí siento que Nacho es un ser muy libre que ve la vida como yo. Siento que en México venimos de una cultura muy machista, que hasta sin quererlo lo traemos en el ADN. Estamos rodeados de telenovelas, todo es un drama, hay muchos celos y casi casi que si no te celan no te quieren, y unas ideas medio de la vieja escuela y enfermas también. Yo creo que no es el hecho de estar con un extranjero, es el hecho de estar con Nacho y que gran parte de la bandera que él defiende y de su trabajo como comediante, le da estas herramientas para ser este tipo de persona en particular. Para mí ha sido una gozadera, qué te digo, yo estoy bien contenta.

¿Cómo vives tú la sensualidad?
Honestamente y abriendo el corazón muy fuerte, creo que hasta hace un par de años yo empecé realmente a poder vivir de esta manera mi sensualidad, sexualidad y todo lo que va un poco de la mano, porque yo crecí en un lugar donde este tipo de cosas no se hablan. Por ejemplo, a mí no me dejaban salir en minifaldas o llamar mucho la atención, y mi mamá me decía que con el primer hombre que estuviera en mi vida me tenía que casar, pobre de mi mamá, no sabe que ya me he casado como 40 veces (dice entre risas). Así que ha sido un proceso chistoso. Desde que me vine a vivir a la Ciudad de México empecé a ser realmente yo y es parte fundamental de mí hoy en día. Hay una gran diferencia entre ser sensual y ser sexy.  Ser sensual es elegante, la otra puede ser vulgar.

¿Cuál es tu prenda fetiche?
Los disfraces. ¡Uff! Me encanta disfrazarme, porque me empodera. Me saca tanto de mi zona de confort ponerme un traje de colegiala que entro al cuarto diciendo: “¿aquí es la clase del maestro Nacho? Me pone loca, me libera. Verme al espejo vistiendo esos atuendos me encanta.

Y tengo de todo tipo, la aeromoza, la colegiala, la conejita, de todo un poco. Y me gusta a mí, no lo hago por complacer. Obviamente Nacho se vuelve loco, pero no va tanto por el hecho de complacerlo a él, es una cosa que a mi me gusta y que yo disfruto. Durante mucho tiempo yo no sabía qué me gustaba a mí, yo nunca me experimenté. Siempre era como complacer a alguien, pero no sabía cómo hacerlo y fue justo con mi novio que empecé a experimentar. Y ahí encuentro que me encanta disfrazarme y empiezo a conocer a una Oka que saqué de ese pueblo y de ese machismo donde la mujer no disfruta.


¿Cómo te sientes de ser parte de este número de La Femme?
Estoy muy contenta por la edición tan linda a la que me invitaron. Yo vengo de un lugar donde estas cosas no se hablan, como te dije antes. Para mí es encontrar ventanas en las que sí se hable de cosas para que las generaciones futuras no tengan tanto issue con esto, y uno también libera. Y siento que por ahí va a haber una lectora que disfrute este contenido tanto como yo estoy disfrutando estar aquí. Amo el proyecto, amo el sueño que representa, amo las ventanas que abres justamente para tocar estos temas para que la gente lo vea con naturalidad.

Portada 2: •Blazer: Todos somos Buho.

• Saco y pantalón: Jeanette Toscano. • Camisa: John. Leopard.

•Camisa, Salvatore Ferragamo.   •Blazer, Ary Villa.   •Aretes, Gaby Vilchiz.

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