Esta digna representante de las tallas grandes nos deja muy claro, por medio de su seguridad, porqué
se ha convertido en un modelo a seguir.

Fotos:José Luis Beneyto

Coordinación de moda: Álvaro Montaño    Peinado: Nicolás Castillo 

Es increíble cómo pasaste de ser maquillista a convertirte en una voz para las mujeres de tallas grandes y ser una persona admirada y seguida. 

•Blusa: Violeta by Mango.    •Collar: Todos somos Buho   •Anillo: Gaby Vilchiz

Antes estabas detrás de la cámara, ahora estás enfrente. ¿Cómo ha sido este cambio?
Ha sido un roller coaster emocional, a veces estar arriba, en la cima, en el éxito, en lo bonito, acercándote a la gente, recibiendo abrazos, es increíble, conectar con la gente es maravilloso, y luego viene esto para abajo, es una carga de trabajo impresionante, mucho mayor de lo que la gente podría siquiera imaginarse, porque esto de crear contenido tiene su chiste. Y lidiar con los haters, con la presión, incluso tus propios seguidores creyendo que pueden hacerlo mejor que tú, porque esto de crear contenido es como un reality show, todos creen que lo pudieron haber hecho mejor que tú y tienen una opinión o “deberías de” o “tienes que hacer tal”, entonces es un poco complicado, porque tienes que estar muy firme en tus convicciones, firme y creyente de quién eres para poder luchar con estos retos, que creo que son los mayores.

Obviamente estar detrás de la cámara es muy bonito, porque eres parte de la composición, sin necesitar estar del otro lado, sin que tu rostro esté, nada más aparece tu nombre por ahí, pero ya cuando estás frente a la cámara es otro tipo de presión. Tienes que estar perfecta, decir las palabras correctas, tener la diplomacia, la prudencia para comunicar y a veces es complicado, porque todos tenemos juicios, creencias, errores, es complicado.

¿Alguna vez pensaste que ibas a llegar a tener esta cantidad de followers escuchándote y siguiéndote?
Jamás, jamás. Yo pensaba que mi mamá y dos tres perdidas por ahí en las redes, mis amigos y ya. Mi tirada nunca fue que La Fatshionista creciera y que explotara de la manera en que lo hizo, de hecho fue apenas hasta el año de la pandemia que me ayudó a destaparme, a que la gente en casa me descubriera, me compartiera, y yo también tuviera más tiempo para mis redes. Dejé de maquillar, y me dediqué full time a un sueño y el sueño respondió. Entiendo que es un privilegio y es tener muy buena suerte. Independientemente de lo buena o mala que seas, es de suerte en las redes sociales.

¿Cómo has manejado a los haters?
Afortunadamente Dios creó a Mark Zuckerberg y Mark Zuckerberg creó el botón de bloquear. Y yo no me ando con pendejadas, yo ¡cortar, tijera, bye!

A veces, cuando vale la pena un caso en específico, lo saco a la luz o lo contesto, pero llega un punto en el que no tengo que lidiar con esas cosas, tengo que bloquear a esas personas, porque son personas pasajeras y han sido pocos los casos de personas que se clavan mucho y que sí me siguen de años y que todo el tiempo me comentan cosas negativas. Son personas que realmente no tienen nada que hacer en su vida más que joder, pero yo los dejo ser, porque yo y todos los que estamos frente a la cámara no somos más que un gran espejo para todos los demás. Si tú ves en mí algo que no te gustó, es algo que tiene que ver contigo, yo no tengo porqué clavarme con esas cosas. Puede ser que me vaya a molestar o que me desespere unos momentos, pero rápidamente vuelvo a mi vida. Es el pan nuestro de cada día, y desde que empecé hace algunos años en una campaña que hicimos con Levi’s, donde también estuvo Carla Morrison y tuvo mucho power esa campaña, pero también mucho hate, me curé. Al principio me sorprendía, pero después me di cuenta de que a veces la gente está perdida, no sabe ni en qué pensar y cuando ve a alguien feliz, sobre todo una gorda feliz, no les gusta, pero ese es su problema.

•Body: Forever 21. •Abrigo: Todos somos Buho. •Medias: Marika Vera. •Aretes: Gaby Vilchiz. •Zapatos: René Caovilla para Gran Vía.

•Vestido: Forever 21.   •Medias: Marika Vera.  
•Lentes: Givenchy.   •Joyería: Gaby Vilchiz.

¿Cómo has visto en estos años la aceptación de las mujeres, modelos e influencers de tallas grandes y por qué crees que han llegado para quedarse?
Porque siempre estuvieron ahí, sólo que nadie las veía. Gordas habemos en todos los países, en todas las culturas. Gordos hay en todos lados por diversas razones. Creo que es gusto por no dejar entrar o abrazar lo que es diferente. Como que así fuimos criados, nunca lo cuestionamos, tenemos ese estereotipo, ahí nos quedamos y no queremos salir de nuestra zona de confort, nos duele, porque es algo con lo que nacimos, crecimos y nos desarrollamos, entonces que vengan todas estas mujeres a alzar la voz por todas las que en su momento estuvimos atrás, calladas, recibiendo bullying, comentarios negativos. Estamos muy cansadas de que nos recomienden dietas, de que nos digan qué debemos hacer para vernos más delgadas. Es un yugo con el que tenemos que cargar toda la vida, hasta que llegamos a un punto, nos plantamos y decimos sí estoy gorda y qué, así soy, así es como quiero verme y no tengo que justificarle a nadie nada de lo que haga con mi cuerpo, porque sólo yo sé y conozco las batallas que he pasado y que han pasado mis hermanas que están en la misma situación y que nadie ha querido escuchar, porque seguimos escuchando a los flacos hablar sobre gordos. Deberíamos tener opciones para que todos pasemos al frente, hablemos y expongamos las cosas que nos inquietan. Por fin llegaron las mujeres curvy al micrófono y no lo van a dejar ir hasta que no sean incluidas como cualquier modelo, en cualquier lugar y con cualquier marca, porque no nada más es un tema de ropa plus size. Hasta que no vea mujeres de talla grande en anuncios y espectaculares mostrando que todas se pueden ver divinas, no me voy a quedar tranquila. Para mí eso es una misión de vida.

¿De dónde sale esa seguridad de sobra que además de tenerla y proyectarla, se la generas a las demás personas que piensan que no entran en el estereotipo?
Hubo un momento en el que bajé mucho de peso, tenía 17, bajé con pastillas y me puse muy mal. Fue el peor momento de mi vida, imagínate, toda mi vida esperando a verme de una cierta manera y ya que lo logré, la vida me sabe peor, entonces no está en el cuerpo delgado, no está en entrar en el estereotipo. Y cuando fui creciendo y maquillando conocí a varias modelos a las que les ponían igual el cuerno con la gorda, modelos que se sentían deprimidas, feas o poco atractivas igual que una gorda, que se comparaban y por eso tenían tantos desórdenes alimenticios y dije: “si ellas que son las diosas espectaculares con las que yo me comparo, están igual o peor de jodidas que yo emocional y psicológicamente, entonces no está en el físico”. Si de todas formas bajando de peso y siendo esta rubia, hegemónica, latina, internacional, lo que sea, no encuentras la felicidad, entonces está en la cabeza, el problema es de actitud. Ahí me solté y ya no me importó nada, y puedo mandar a la fregada a todos, incluyendo a mi propia familia diciéndoles que ya dejen de decirme cosas, que me dejen vivir. Yo no tengo porqué justificarme con nadie y cuando te empieza a valer madre, hasta tu madre con sus comentarios, es mucho más fácil mandar a la fregada a los demás y a la vez recuperarte para que las personas que se acerquen a tu vida sean personas que igual vivan true to themselves, completamente amándose. Yo veo a todas mis amigas ahora que son como son, como quieren ser. Esas son las personas de las que me quiero rodear. Dejar de ser fake, de pretender, de aparentar. La vida es muy corta como para estarme clavando con gente que tiene un proceso, un tiempo y una historia muy distinta a la mía, así que voy a vivir lo que tenga que vivir y a sanar lo que tenga que sanar y a hacer mis procesos como los tenga que hacer sin compararme con los demás, porque mi historia no es la de ellos.

¿Cómo vives tu sensualidad?
Por muchos años, la palabra gorda fue lo opuesto a ser atractiva y para ser sensual tienes que sentirte atractiva. Es todo un reto pasar del otro lado del espectro y ya que llegas te tienes que aferrar a él. El decidir ser sensual y sentirme atractiva es algo de todos los días, porque lucho contra un mundo que a veces no lo reconoce y yo tengo que estar muy plantada conmigo misma en el espejo para decirme que claro que nos podemos ver sexy’s, sensuales con una minifalda, un escote o estar en piyama sin maquillaje, pero sonriendo feliz, disfrutando la vida. Ahí es donde me siento sensual. Cuando camino y cuando me voltean a ver, por las razones que sean, estoy llamando la atención y me gusta. Es aprovechar las miradas y hacerlas mías, dejar de pensar que el mundo está en mi contra y hacer lo contrario, plantarte y decir aquí estoy.

¿Cuál es tu prenda fetiche?
Los minivestidos. Me encantan los vestidos y más los de fácil acceso.

¿Con qué viene La Fatshionista este año?
La Fatshionista estrenó este año un podcast de sexualidad que se llama ¡Guacala Qué Rico!, que logró estar en el top 3 de podcasts en México. Y también viene estrenar una película que se llama Chilangolandia, que por fin va a estar en cines, así que ya me van a ver debutar actuando. Se estrena en septiembre. Mi personaje es de una gordita enamorada, no les puedo adelantar más, pero está increíble, trata muchos aspectos folklóricos de esta bella Ciudad de México y me encanta ser multifacética, hacerle a la conducción, actuada, bloggeada y la cantada todavía no, pero mientras tanto yo les subo canciones tocadas con el ukulele y cantadas por mi vocecita.

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