Quién diría que el aroma a plástico podría ser tan seductor. Definitivamente nadie, hasta que se topa con un vino hecho con la blanca más codiciada, la Riesling.
Tenemos que aceptarlo, a todos nos encantan los finales felices. Con buenos vinos, son fáciles de lograr.
Tenemos que aceptarlo, a todos nos encantan los finales felices. Con buenos vinos, son fáciles de lograr.
La temperatura comienza a subir, la primavera ya se siente en el ambiente y las terrazas se empiezan a saturar de alternativas de vinos rosados. No es una coincidencia, estos vinos gozan de una belleza singular que los vuelve únicos.
No es el cliché de San Valentín, la fama de los espumosos nace de su espíritu festivo, pero son dignos de beberse cualquier día. Tomarlos con amigos o con la pareja tiene más sentido que beber cualquier otro vino.